Gargano: "Mi Nápoles: bromas, peleas, victorias. Para el campeonato quería estar en la curva".

La parrilla para el asado está colocada en el jardín, en la mesa frente al sofá hay abundante mate. La familia Gargano está alineada como en la curva frente al enorme televisor: Matias, Thiago y Leo llevan la camiseta número 23. Miska y Walter están sentados un poco más lejos: «Llevamos al Nápoles en el corazón, no nos perdemos ningún partido. Seguimos todo el campeonato juntos, y también tuvimos que estar allí para el partido decisivo contra el Cagliari. A pesar de la diferencia horaria». En Montevideo son las 15.45 cuando el árbitro La Penna da el pitazo inicial a Maradona. El ex mediocampista uruguayo tiene un vínculo especial con los colores azules. Llegó a la Serie A en 2007, junto con Pocho Lavezzi y Marek Hamsik: «La ciudad me cambió la vida. Me convertí en futbolista, experimenté el cariño de la afición y conocí a mi esposa. Dos de nuestros tres hijos también nacieron en Italia. Me siento napolitano». Como un auténtico aficionado, Gargano celebró su cuarto Scudetto animando con su familia tras los goles de McTominay y Lukaku: «La fiesta empezó en casa. Banderas, bombas de humo, fuegos artificiales. Casi parecía que estuviéramos en Nápoles».
La Gazzetta dello Sport